ANTES DE VER MI WEBINAR, LEÉ MI HISTORIA PARA QUE SEPÁS CÓMO PASÉ DE SER MONJE Y SACERDOTE A ACOMPAÑAR A CIENTOS DE PERSONAS Y PAREJAS EN SU PROPIO CAMINO...
Mi nombre es Fadrique Soma y mi propósito es generar un cambio de consciencia en la manera en que vivimos nuestra vida y nuestras relaciones. Mi postura no es moral y por eso me gusta aclarar que cuando uso la palabra “consciencia”, no lo hago con el afán de decirte cual es la forma correcta de vivir la vida, sino más bien hago uso de esta palabra como una invitación a observar tu vida para que vos mism@ saqués tus propias conclusiones y tomés las decisiones que más te parezcan convenientes. Desde muy joven he cuestionado las imposiciones sociales, no necesariamente para rebelarme sino para poder tener otras opciones que elegir, en caso de que así lo quiera.
Cuando tenía 15 años de edad surgió en mí un interés profundo por la espiritualidad. El camino que me abrió las puertas a un entendimiento más profundo de mí mismo, fue, curiosamente, a través de una tradición cristiano africana, comúnmente conocida como Rastafari. Nací y crecí en San José, la capital de mi país, pero mi segunda casa fue en el caribe costarricense ya que mi mamá tiene un hotel ahí desde que tengo 5 años. La música reggae y la cultura afroamericana fueron desde siempre una gran influencia para mí.
A los 15 años, después de prestar atención a muchas de las letras de reggae que escuchaba, me dí cuenta que existía todo un movimiento detrás, que había una filosofía de fondo y un estilo de vida antiguo.
Movido por la curiosidad y aburrido de lo que comúnmente hablaban mis amigos, empecé a estudiar por mis propios medios todo lo que podía acerca de esta filosofía, y apenas salí del colegio, justo después de empezar a estudiar agronomía en la universidad, decidí a mis 18 años irme a vivir a Jamaica, a una comunidad Rastafari, para finalmente vivir el estilo de vida que desde hace 3 años había llamado mi interés. Dejé mis estudios formales en la universidad, mi familia y mis amigos, y aposté todo por este camino.
A mis 19 años, en Jamaica, junto con el sacerdote Marcus.
En el año 2000 ya vivía en el centro espiritual de una rama sacerdotal ortodoxa mejor conocida como Boboshanti. Teníamos un estilo de vida muy devocional y austero. Nos levantamos a las 4:30 de la mañana para cantar salmos y repasar los mandamientos de la orden. Sembrábamos algunos de nuestros alimentos, recogíamos agua de lluvia, leña para cocinar, y hacíamos sandalias o escobas a mano para ir a vender al pueblo.
Fui parte de esta orden por casi ocho años, dentro de los cuales oficié como sacerdote suplente por 3 años y como sacerdote líder para latinoamérica, los últimos 2 años. Durante ese entonces fundé la orden en Costa Rica y Chile.
A mis 21 años, en Jamaica, junto a los sacerdotes Jah Sheppy y Jah Thomas.
A mis 25 años tuve una crisis de identidad que me llevó a renunciar a la orden. ¡No entendía lo que me pasaba! Empecé a dudar de todo lo que había creído por tantos años hasta el punto que fue insostenible seguir siendo parte. Algunas noches incluso lloraba de la confusión. Finalmente me rapé el pelo y me quité la túnica y el turbante. Pero al pasar del tiempo me dí cuenta que mi sed de autoconocimiento y de servicio a la humanidad, seguía viva. Estos fueron momentos muy difíciles para mí porque recién había renunciado a lo que en ese momento significaba para mí, mi vida entera. No sabía qué hacer ni a qué dedicarme.
A mis 23 años. Artículo publicado en un periódcio nacional.
Después de esta crisis tuve una primera realización, que fue darme cuenta que las creencias no tienen un sostén firme. Ninguna creencia es una verdad absoluta, sino, valga la redundancia, ¡es sólo una creencia más! Fue entonces donde decidí explorar muchos otros caminos espirituales y me dí cuenta que al final todos los diferentes senderos hablan, a través de simbolismo y metáforas, de un mismo fin. Empecé a estudiar filosofía, y paralelo a esto, el camino del Tao, Budismo, Cristianismo místico, la Kabbalah, el Sufismo, entre otros.
En el año 2009 tuve mi primer acercamiento a la meditación Vipassana y a las artes marciales filosóficas, Nei Kung. Queriendo profundizar más en mí mismo, me introduje como estudiante a tiempo completo en la escuela de yoga filosófica conocida hoy en día como Sat Yoga. Ahí desarrollé una práctica más constante de meditación y amplié mi conocimiento. Para ese entonces empecé a entender y aceptar que mi propósito de vida era mucho mayor que sacar un título universitario, tener un trabajo y ganar un salario para pagar las deudas.
A través de la meditación logré acercarme a entender mejor mi segunda realización; "Todo en la vida es pasajero y cambiante. Nada se sostiene para siempre".
A mis 24 años, en Costa Rica, oficiando una ronda de coros como sacerdote.
En chile a mis 22 años, oficiando un bautizo en el desierto.
Este viaje lo emprendí con un burro, (nazareno), que era mi acompañante. Lo único que llevaba en mi alforja era un machete, una botella con agua, una cobija, un plato para comer y una túnica extra.
Anhelaba experimentar de primera mano lo que significaba vivir completamente despojado y totalmente sostenido por la vida. Este viaje, inspirado en la vida de cientos de ascetas y renunciantes de antaño, se tornó en un estilo de vida de casi un año completo en el cual vivía de la caridad de los demás, durmiendo en matorrales en medio de la naturaleza, bañándome en ríos, hablando con gente que me encontraba y sin tener un rumbo fijo.
En Costa Rica, a mis 26 años, viviendo con Nazareno, como mendigo en la calle.
"Dejad que los perros ladren, Sancho, señal que cabalgamos."
RENUNCIANTE
Este viaje me sirvió para darme cuenta que definitivamente mi propósito de vida era de alguna manera acompañar a otras personas en su propio camino interior. No obstante, todavía no me sentía preparado para ofrecerme de esta manera al mundo.
Con Swami Ganapati Muni. Chennai, india.
Junto a otros saddhus en la india.
Con Subramanya Swami. Tiruvanamalai, India. 2013.
MONJE BUDISTA
Entre todos los caminos que había transitado anteriormente, las palabras del Buda siempre calaron muy profundo en mí, y por mi tendencia natural hacia el ascetismo y la vida solitaria, decidí viajar a Sri Lanka en el año 2013.
Me ordené como monje Budista por un año con la intención de probar si ese era mi camino a elegir. Por alguna razón mi vida se ha visto impregnada de caminos ancestrales, usualmente caminos de renuncia y extrema simplicidad. Cansado de las tradiciones y las observaciones rigurosas que dictan dichas sendas, opté por renunciar a mis hábitos de monje y ya decidido a buscar la manera de impactar la vida de los demás empecé a buscar algún tipo de estructura que me sirviera para acompañar a otros de manera práctica.
Para ese entonces ya tenía claro a qué me quería dedicar aunque aún no sabía exactamente cómo.
Junto a mi maestro y otros monjes.
Toma de votos.
Afuera del monasterio. Antes de la ronda de limosnas.
Como monje budista en Sri Lanka.
ACOMPAÑANTE DE PROCESOS HUMANOS CON ÉNFASIS EN RELACIONES CONSCIENTES
A mis 30 años, después de 15 años de una vida bastante peculiar y después de haber ahondado en tantos caminos y tradiciones espirituales, finalmente decidí aprovechar todo el trabajo interno que había hecho y todo mi recorrido para ponerlo al servicio de los demás y así acompañar a otras personas a atravesar momentos complejos de la vida. Para hacer esto sabía que tenía que estar en el mundo, con la gente. Renuncié entonces a toda la parafernalia espiritual y a toda creencia filosófica para optar por vivir una vida profunda y con sentido pero sin la necesidad de un credo, vestimenta o dieta en particular, sino desde un ángulo humano, libre y auténtico.
En el año 2014 comencé mis estudios formales de psicología en la universidad y paralelamente a esto, estudié terapia transpersonal en la escuela de desarrollo transpersonal de España. Estos años de estudio sirvieron para darle orden a mis ideas y buscar un norte más claro para trabajar con personas. En esta misma etapa descubrí la Comunicación No Violenta y me dí cuenta que la comunicación era el eslabón que me hacía falta para poder darle una base práctica a todo mi conocimiento espiritual. dediqué los siguientes 5 años en estudiar de lleno dicha metodología para integrarla a mi vida. Fui facilitador líder de comunicación empática en la organización de impacto social conocida como Conversable por 4 años, en los cuales me desarrollé ampliamente como mediador de conflictos y comunicador, tanto en sesiones individuales como en retiros y talleres.
Cuando empecé a trabajar temas de comunicación y mediación de conflictos, noté que tenía una habilidad y una inclinación particular hacia el tema de las relaciones. Desde hace algunos años me llamaba la atención lo complejo y delicado que es el hecho de relacionarnos, no sólo con nosotros mismos sino también con los demás. Parte de este encanto me llevó a estudiar terapia de parejas desde el paradigma gestaltico, y poco a poco fui empleando todo mi conocimiento hacia la transformación de las relaciones interpersonales. Como complemento a este trabajo, fundé en el año 2016, mi primer círculo de hombres con un estudio paralelo de psicología masculina e inteligencia emocional.
Habiendo hecho una conjunción de toda mi experiencia, empecé a atender parejas e individuos en sesiones privadas, acompañándoles a profundizar en sus propias vidas y en sus relaciones, ayudándoles a resolver conflictos por medio de herramientas de comunicación y desarrollo personal avanzadas. Todo mi trabajo de desarrollo interior se desenvuelve hoy en día a través de mentorías privadas, formaciones y retiros.
Durante mi retiro internacional "POR TODAS MIS RELACIONES".
POR QUÉ COMUNICACIÓN
La comunicación es EL PILAR más importante de toda relación, sin embargo, muchas veces nuestra manera de comunicarnos tiende a separarnos más que a unirnos. Esto es porque crecimos observando patrones de comunicación basados en el miedo. Los seres humanos nos comunicamos a través del lenguaje y si no tenemos herramientas prácticas para tramitar y expresar sanamente lo que nos sucede internamente, las probabilidades de generar conflicto innecesario son muy altas.
Es muy común entonces, observar parejas o incluso amigos o familiares que se comunican de manera defensiva por medio de la crítica, la culpa, el juicio y la moral. Estas estrategias sabotean el potencial de crecimiento en una relación, transformándola en una especie de batalla interminable. Parte de mi misión es ayudarte a identificar los patrones que te someten a situaciones desfavorables y que te quitan la posibilidad de generar relaciones más auténticas, sólidas y profundas con los demás, para así transformarlos y mejorar de manera exponencial la calidad de tus relaciones y por ende la calidad de tu vida.
QUÉ TIPO DE PERSONAS TRABAJAN CONMIGO
Personas que aspiran a tener un sentido de dominio en el campo de las relaciones.
Personas que desean confiar en que es posible crear vínculos auténticos, comunicarse con claridad, establecer límites que jueguen a favor de la vida, y desarrollar herramientas para reparar las rupturas en la conexión.
Personas que anhelan integrar sus valores espirituales más profundos a sus relaciones.
Personas que tienen la intención de ser amables, cariñosas y consideradas, y a la vez claras, fuertes, decisivas y asertivas pero que necesitan las habilidades para hacerlo en los momentos más desafiantes de sus relaciones.
Personas que quieren relacionarse consigo mismos y con los demás desde un lugar de apertura, autenticidad, presencia, sabiduría y libertad.
Personas que están listas para invertir en sí mismas, en el proceso de transformación y aprendizaje.